Implantes dentales: su historia

Algunos de los primeros esfuerzos por sustituir un diente y su raíz se remontan al año 600 d.C., cuando los mayas utilizaban fragmentos de conchas marinas para sustituir los dientes perdidos. Afortunadamente, en la odontología moderna, utilizamos implantes dentales de titanio para reemplazar los dientes perdidos. Siga leyendo para saber más sobre la historia reciente de los implantes dentales y cómo años de investigación e innovación han hecho que los implantes sean altamente fiables y seguros.

Historia antigua de los implantes dentales

Las investigaciones han demostrado que la gente ha intentado sustituir los dientes perdidos a lo largo de la historia. Hay pruebas del uso de implantes dentales entre las siguientes poblaciones:

Egipcios: En el año 2500 a.C., los egipcios intentaron estabilizar los dientes sueltos con el uso de alambre de oro.

Fenicios: También hay pruebas de que los fenicios utilizaban alambre de oro para estabilizar los dientes alrededor del año 500 a.C.

Etruscos: Alrededor del 500 a.C., los etruscos utilizaban bandas de oro soldadas y dientes hechos con huesos de buey para reemplazar los dientes perdidos.

Mayas: En el año 600 a.C., los mayas colocaban trozos de conchas como implantes para sustituir los dientes.

Hondureños: En el año 800, los hondureños prepararon y colocaron un implante de piedra.

A partir del año 1500, se convirtió en una práctica más común el uso de dientes de cadáveres y de los menos privilegiados para reemplazar los dientes perdidos.

La historia moderna de los implantes dentales

En la década de 1900, los investigadores estaban probando diferentes tipos de implantes dentales para encontrar una solución que pudiera funcionar a largo plazo.

En 1913, el Dr. EJ Greenfield colocó un cilindro hueco de calibre 24 como raíz artificial en la mandíbula de un paciente. Los doctores Alvin y Moses Strock experimentaron con tornillos ortopédicos de una aleación de cromo y cobalto en la década de 1930 para restaurar dientes individuales en humanos y perros. El tornillo soportaba un diente postizo. Los esfuerzos de estos dos médicos se consideran el primer uso de un material biocompatible como material base para un implante dental. En 1938, el Dr. P.B. Adams patentó un implante cilíndrico con rosca interna y externa. En la década de 1940, Formiggini (considerado el padre de la odontología moderna) y Zepponi desarrollaron un implante de acero inoxidable en espiral que permitía el crecimiento del hueso en el metal.

El descubrimiento del proceso de osteointegración

Los implantes dentales no serían posibles sin el descubrimiento del proceso natural de osteointegración («oseo» de hueso e «integración» de fusión). La primera observación de este proceso se produjo en 1952 por un cirujano ortopédico que observó que un pequeño cilindro de titanio que había colocado en un hueso no se podía retirar.

Colocación del primer implante de titanio

El primer implante dental moderno de titanio fue colocado en 1965 por un cirujano ortopédico llamado Branemark. Los primeros pacientes que recibieron implantes dentales fueron personas que ya no podían soportar una dentadura postiza extraíble debido a la pérdida de hueso de la mandíbula.

Avances en los recubrimientos

Los avances en los recubrimientos de los implantes dentales empezaron a acortar el tiempo de cicatrización asociado al tratamiento. Los estudios comenzaron a mostrar la relación entre la textura de la superficie de un implante y el tiempo de cicatrización. Un tratamiento popular, el grabado con ácido, creaba pequeñas hendiduras y una mayor superficie que permitía una osteointegración más rápida. El arenado ofrece resultados similares.

Implantes dentales modernos

Hoy en día, los implantes dentales tienen una tasa de éxito del 98% cuando son colocados por un dentista cualificado y experimentado como en la clínica dental Centro Luzida.